Complejidad, no totalidad.
9 nov 2011
4 nov 2011
Observar una gran sonrisa en un rostro gigante
Ese sabor amargo de las cosas sin terminar
Patricia - Perez Prado
26 oct 2011
Cuando no llevas gafas reconoces
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¿Es posible conocer a alguien observando la manera en la que tiende la ropa o por como corta las etiquetas de sus prendas por el tiempo que tarda en comer si desayuna nada mas despertarse en la cafeteria o no lo hace el momento del dia que elige para ducharse por como la ves cuando no llevas gafas?
-"mas vino?"
-no gracias, que tengo clase
19 oct 2011
Sobre mi casero, profesor de piano.
Es agradable escuchar en diferentes momentos a lo largo del dia el sonido del piano que se filtra desde el tercero por el patio interior.
Lo que no llego a distinguir es cuando esta dando clase (y toca uno de sus alumnos) y cuando el que se sienta ante el instrumento es el.
O no toca por placer,pues para el el piano es un simple medio de subsistencia,o solo sabe dar clases.
17 oct 2011
¿Un sacrilegio peor que beber cafe del domingo recalentado al microondas?
Llegar a una cafeteria a las 20:00 y pedir el periodico del dia siguiente porque este ya ha pasado.
I EL DIOMA ANALITICO DE JOHN WILKINS, BORGUES I
I PROGRAMACION IBERTIGO.PDF I
http://www.ibertigo.com/Documentos/Programacion_de_Ibertigo_2011.pdf
10 oct 2011
19 sept 2011
14 sept 2011
.La Revolución
En mi habitación la cama estaba aquí, el armario allá y en medio la mesa.
Hasta que esto me aburrió. Puse entonces la cama allá y el armario aquí.
Durante un tiempo me sentí animado por la novedad. Pero el aburrimiento acabó por volver.
Llegué a la conclusión de que el origen del aburrimiento era la mesa, o mejor dicho, su situación central e inmutable.
Trasladé la mesa allá y la cama en medio. El resultado fue inconformista.
La novedad volvió a animarme, y mientras duró me conformé con la incomodidad inconformista que había causado. Pues sucedió que no podía dormir con la cara vuelta a la pared, lo que siempre había sido mi posición favorita.
Pero al cabo de cierto tiempo, la novedad dejó de ser tal y no quedó más que la incomodidad. Así que puse la cama aquí y el armario en medio.
Esta vez el cambio fue radical. Ya que un armario en medio de una habitación es más que inconformista. Es vanguardista.
Pero al cabo de cierto tiempo… Ah, si no fuera por “ese cierto tiempo”. Para ser breve, el armario en medio también dejó de parecerme algo nuevo y extraordinario.
Era necesario llevar a cabo una ruptura, tomar una decisión terminante. Si dentro de unos límites determinados no es posible ningún cambio verdadero, entonces hay que traspasar dichos límites. Cuando el inconformismo no es suficiente, cuando la vanguardia es ineficaz, hay que hacer una revolución.
Decidí dormir en el armario. Cualquiera que haya intentado dormir en un armario, de pie, sabrá que semejante incomodidad no permite dormir en absoluto, por no hablar de la hinchazón de pies y de los dolores de columna.
Sí, esa era la decisión correcta. Un éxito, una victoria total. Ya que esta vez, “cierto tiempo” también se mostró impotente. Al cabo de cierto tiempo, pues, no sólo no llegué a acostumbrarme al cambio -es decir, el cambio seguía siendo un cambio-, sino que al contrario, cada vez era más consciente de ese cambio, pues el dolor aumentaba a medida que pasaba el tiempo.
De modo que todo habría ido perfectamente a no ser por mi capacidad de resistencia física, que resultó tener sus límites. Una noche no aguanté más. Salí del armario y me metí en la cama.
Dormí tres días y tres noches de un tirón. Después puse el armario junto a la pared y la mesa en medio, porque el armario en medio me molestaba.
Ahora la cama está de nuevo aquí, el armario allá y la mesa en medio. Y cuando me consume el aburrimiento, recuerdo los tiempos en que fui revolucionario...
Hasta que esto me aburrió. Puse entonces la cama allá y el armario aquí.
Durante un tiempo me sentí animado por la novedad. Pero el aburrimiento acabó por volver.
Llegué a la conclusión de que el origen del aburrimiento era la mesa, o mejor dicho, su situación central e inmutable.
Trasladé la mesa allá y la cama en medio. El resultado fue inconformista.
La novedad volvió a animarme, y mientras duró me conformé con la incomodidad inconformista que había causado. Pues sucedió que no podía dormir con la cara vuelta a la pared, lo que siempre había sido mi posición favorita.
Pero al cabo de cierto tiempo, la novedad dejó de ser tal y no quedó más que la incomodidad. Así que puse la cama aquí y el armario en medio.
Esta vez el cambio fue radical. Ya que un armario en medio de una habitación es más que inconformista. Es vanguardista.
Pero al cabo de cierto tiempo… Ah, si no fuera por “ese cierto tiempo”. Para ser breve, el armario en medio también dejó de parecerme algo nuevo y extraordinario.
Era necesario llevar a cabo una ruptura, tomar una decisión terminante. Si dentro de unos límites determinados no es posible ningún cambio verdadero, entonces hay que traspasar dichos límites. Cuando el inconformismo no es suficiente, cuando la vanguardia es ineficaz, hay que hacer una revolución.
Decidí dormir en el armario. Cualquiera que haya intentado dormir en un armario, de pie, sabrá que semejante incomodidad no permite dormir en absoluto, por no hablar de la hinchazón de pies y de los dolores de columna.
Sí, esa era la decisión correcta. Un éxito, una victoria total. Ya que esta vez, “cierto tiempo” también se mostró impotente. Al cabo de cierto tiempo, pues, no sólo no llegué a acostumbrarme al cambio -es decir, el cambio seguía siendo un cambio-, sino que al contrario, cada vez era más consciente de ese cambio, pues el dolor aumentaba a medida que pasaba el tiempo.
De modo que todo habría ido perfectamente a no ser por mi capacidad de resistencia física, que resultó tener sus límites. Una noche no aguanté más. Salí del armario y me metí en la cama.
Dormí tres días y tres noches de un tirón. Después puse el armario junto a la pared y la mesa en medio, porque el armario en medio me molestaba.
Ahora la cama está de nuevo aquí, el armario allá y la mesa en medio. Y cuando me consume el aburrimiento, recuerdo los tiempos en que fui revolucionario...
Slawomir Mrozek
13 sept 2011
¿Eres el tipo de persona que habla por telefono mientras defeca?
Cadáver exquisito de dos individuos rubios fruto de 9 horas en un aeropuerto.
Se cauteloso al fregar el piso, no vaya a ser que te quedes encerrado en una isla.
Malwitz surfboards | symmetrical fishes for saturdays + chandelier creative
Jürgen Mayer H. | Pattern Recognition
http://tmagazine.blogs.nytimes.com/2011/04/05/jurgen-mayer-h-pattern-recognition/
( disponible en la biblioteca de la ETSA de Las Palmas de Gran Canaria)
benoitlemoine | Zip Tape (Bruselas, 2007)
http://www.benoitlemoine.eu/index.php?/project/zip-tape/
Brad Downey
http://arrestedmotion.com/wp-content/uploads/2009/01/picture-3.jpg
http://media.paperblog.fr/i/142/1423781/brad-downey-L-1.jpeg
SPY
http://spy.org.es/galeria.php?idCategoria=2&pag=28
ZASD | Arrows generation
http://www.flickr.com/photos/daamcrew13/4293531361/
http://www.possible.is/content/projects/210.arrowpieces/_image2/04.jpg
The Greeneyl | Parasite
http://www.thegreeneyl.com/parasite
Cardon Webb | Copy
http://www.cardoncopy.com/
D.Billy
http://dbilly.com/section/127498_SITE_INTERVENTIONS.html
Ahmet Ohut | Somebody else's car
http://www.ahmetogut.com/ahmetwebsomebody.html
Evan Roth | Tsa Communication
http://vimeo.com/3598268
Cedric Bernadotte | (Pau,2009)
http://www.flickr.com/photos/31377237@N07/3890256609/
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