Detrás del esternón algo apestaba a espacio muerto.
Así, como huelen los parkings vacíos,
los pasajes estrechos, las azoteas de las naves industriales,
las paradas de guagua en medio de la nada,los probadores de las tiendas de ropa,
las casetas de campaña hechas con el edredón y las cuevas frente al mar
En los que si una avalancha de emails y correspondencia de desconocidos te sepultara puede que nadie fuera capaz de encontrarte entre tantos lazos interrelacionares.
En los que si abres los ojos y tienes una cortina rubia en la cara se te pasa por la cabeza la idea de raparla.
En los que piensas que, si hubieras adivinado que en un 16% de los hogares españoles hay 6 mandos a distancia en el salón, podrías haber ganado ese concurso televisivo e irte de viaje a china con el dinero del premio.
Lugares en los que puedes estar sólo con ese olor que aparece cuando empieza a llover.
En los que simplemente permaneces en silencio apoyada contra otra espalda.
¿Queda algo de uno en ellos?
Claro que no. ¡Si ni siquiera queda algo de las películas de Hollywood en los lugares donde se ruedan..!
Abrí otra lata.
Me restregué los ojos.
Todo lo demás era lluvia en la ventana y gotas cayendo sobre una carretilla oxidada.
Una voz en off dijo :
- “Escoge un color de pelo,unas cicatrices ,unos pantalones y un suéter. Recórtalos y pégaselos encima.
Mételos en una habitación, elige una pila de artículos que compongan su desorden,un sillón inestable, un espejo y una almohada. Selecciona una lista de reproducción . Cárgala en el ipod. Añádele fotos al corcho de la pared .Desperdiga revistas, cuadernos y vasos de plástico sobre la mesa y dale un nombre a todo esto.”
- Mejor lanzar la moneda.
-“No le busques ni pies ni cabeza.
Ah!, y piensa en cosas suaves.”
-Gracias Abuelasauce.
…y en la pared leí “esto no es una pared”, y la papelera ya no era tan importante.
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